- Asociación ecologista Jorcón Boys, buenos días, le atiende Juan David, ¿en qué puedo ayudarle?
- Disculpe, creo que me he equivocado de número, yo quería hablar con la asociación de juristas Curro Jiménez de Azúcar.
- No se preocupe, le puedo pasar la llamada desde aquí, permanezca a la espera, por favor.
[Din don din don din din don din don din….]
- Asociación de juristas Curro Jiménez de Azúcar, buenos días, le atiende Juan David, ¿en qué puedo ayudarle?
- Ah, ahora sí, buenos días, mire, yo quería hablar con el abogado este que sale en la prensa, el de las gafas de sol y el moretón en el ojo.
- Aha, le paso con él, no cuelgue, por favor.
[Din don din don din din don din don din….]
- Hola, buenos días, soy Juan David, ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola, Juan David, es un placer saludarle y gracias por atenderme. Ante todo, ¿cómo está su ojo?
- ¿Mi ojo?
- Sí, el del moretón que sale en las fotos.
- Ah, sí, perfectamente, gracias por preguntar.
- Bueno, me alegro mucho, mi niño, en casa estábamos todos preocupados porque no sabíamos de cuándo era la foto esa y se le veía tan perjudicadito.
- No hay de qué preocuparse, es de hace bastante tiempo, dígame, ¿qué puedo hacer por usted?
- Pues mire, no le voy a robar mucho tiempo porque puestos a robar mejor llevarse otras cosas, ¿verdad?, es que resulta que me han dicho que usted me podría echar una mano con un problemilla legal que tenemos y tal.
- Sí, claro, en la asociación de juristas Curro Jiménez de Azúcar estamos para eso, cuénteme.
- Pues mire, resulta que a un amigo le han denunciado porque en el pueblo le tienen una envidia terrible y a nada que el pobre hombre construye cualquier cosa allá que van los de siempre a llevarle al juzgado para que no pueda tener éxito ni seguir creando progreso y empleo y todo eso.
- Aha, ¿y qué construyó su amigo?
- Nada, una bobería. Resulta que él tenía un cuartito de aperos en una finca rústica ahí en La Geria y se le ocurrió que sería una buena idea construir dentro un casino para jugar al Black Jack, a la Ronda, a la ruleta, con máquinas tragaperras y todo eso, por supuesto respetando la fachada del cuarto de aperos, sin ampliar la superficie y tan integrado en el entorno que si Manrique levantara la cabeza le daba un beso en la frente, mire lo que le digo.
- Aha, ¿y entonces?
- Pues otra vez lo de siempre, estos envidiosos antisistema que han denunciado en el juzgado por no se qué chorrada de que si no cumple los metros y que si se tiró el cuarto de aperos para hacer un edificio de quince plantas, en fin, los típicos disparates de los muertos de hambre estos que como se aburren en casa y no tienen vida propia ni cochinos negros que alimentar pues se ponen a denunciar a los emprendedores que crean empleo y riqueza en esta isla.
- Creo que le entiendo, caballero. No se preocupe, utilizaremos nuestro reputado método “Pink Shit For Everybody” y seguro que todo sale bien.
- ¿Y en qué consiste el método ese?
- Muy sencillo, denunciaremos a todos los casinos de la isla, que quien más y quien menos, alguna multa de tráfico tendrá sin pagar, ya me entiende, y cuando estén todos enfangados en los juzgados y nos hayamos personado como acusación popular y vean que todo es un follón y que no es socialmente aceptable cerrarlos todos, pues el suyo también se salva.
- ¡Carajo, son ustedes unos verdaderos genios! Da gusto trabajar con gente tan creativa. Joven, está contratado. Un saludo y que se mejore de su ojo.
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