Pedro San Ginés pasa toda la noche en el salón de plenos del Cabildo acariciando un bastón de plástico que compró en los chinos
DECÍA ESTAR ESPERANDO QUE LOLI CORUJO LE DIERA DE NUEVO LA PALABRA PARA CERRAR LA SESIÓN DE INVESTIDURA
A oscuras y con una inquietante sonrisa en los labios, el ya expresidente del Cabildo, Pedro San Ginés, ha pasado la noche en el salón de Plenos de la institución acariciando un bastón de plástico que compró en los chinos y esperando que la nueva presidenta, Loli Corujo, le cediera la palabra para ser él quien cerrara la sesión de investidura. “Imagino que habrán salido todos un momento para sacarse unas fotos, pero no me importa esperar lo que haga falta para poder concluir como de costumbre este Pleno, yo estoy muy a gusto aquí con mi bastón”, dijo San Ginés a uno de los ujieres del Cabildo que le advirtió que ya no quedaba nadie en el edificio.
San Ginés había intervenido previamente para felicitarse por “los buenísimos resultados” obtenidos por Coalición Canaria que le han llevado a la oposición, y aseguró que “mentiría si dijera que se me hace raro estar aquí sentado. ¿O es al revés? No, no, mentiría si dijera que no se me hace raro estar aquí sentado. ¡Joder, qué lio! Bueno, mentiría de todas formas porque ustedes ya me conocen”. Además, insistió en su discurso victimista al repetir que “he sido perseguido por tierra, mar, aire, jable, picón, y aguas de piscina, pero todas, absolutamente todas las denuncias que me han hecho están o bien archivadas o bien a punto de ser juzgadas, así que estoy muy tranquilo porque en realidad no se ha archivado ninguna”.
Tras finalizar el discurso de Loli Corujo, en el que anunció la inmediata revisión del contrato de adjudicación del agua a Canal Gestión, la recuperación de relaciones institucionales con la Fundación César Manrique, la distinción de los Centros Turísticos que no son obra de Manrique y el fin de la persecución a funcionarios, San Ginés levantó la mano para intentar aclarar que todo eso ya lo había propuesto él pero no tuvo tiempo de llevarlo a cabo en solo nueve años.
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